Wolf-Rayet 134
En lo profundo de la constelación del Cisne (Cygnus), a unos 6.000 años luz de la Tierra, se encuentra WR 134, una de las estrellas más intensas y enigmáticas del cielo nocturno. Se trata de una estrella Wolf-Rayet, un tipo raro y extremadamente caliente que representa una de las últimas etapas en la vida de una estrella masiva antes de explotar como supernova.
¿Qué es una estrella Wolf-Rayet?
Las estrellas Wolf-Rayet (WR) deben su nombre a los astrónomos franceses Charles Wolf y Georges Rayet, quienes las describieron por primera vez en 1867. Estas estrellas se caracterizan por presentar en su espectro anchas líneas de emisión, evidencias de los poderosos vientos estelares que expulsan sus capas exteriores al espacio a velocidades de miles de kilómetros por segundo.
WR 134 es del tipo espectral WN6, lo que indica una atmósfera rica en nitrógeno y helio, con apenas rastros de hidrógeno. Esto significa que ya ha quemado todo el hidrógeno en su núcleo y ahora fusiona elementos más pesados. Es una señal inequívoca de que su final como supernova está cada vez más cerca.
El arco de choque: una burbuja esculpida por el viento
Lo que hace a WR 134 especialmente atractiva para la astrofotografía y la investigación es el arco de choque que la rodea. Esta estructura curva y brillante, visible en longitudes de onda específicas, es el resultado de los intensos vientos de la estrella al colisionar con el medio interestelar. Con el uso de filtros de banda estrecha (especialmente OIII), este arco se revela en un brillante azul eléctrico, en contraste con los tonos rojizos y anaranjados del hidrógeno y azufre circundantes.
Este tipo de estructuras nos permite estudiar no solo las características del viento estelar, sino también la interacción dinámica entre la estrella y su entorno. En muchos sentidos, estas nebulosas son una especie de firma cósmica que revela la evolución reciente del sistema.
WR 134 es una estrella que acabará su vida explotando como supernova, posiblemente dejando tras de sí un remanente de neutrones o un agujero negro. Es un ejemplo vivo de cómo las estrellas masivas reciclan su materia en el universo, generando elementos como oxígeno, nitrógeno y carbono que luego formarán nuevas estrellas y planetas.
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