Cúmulo de Coma

Nombre común: Cúmulo de Coma
Catálogo: Abell 1656
Tipo de objeto: Cúmulo de galaxias
Constelación: Coma Berenices
Distancia desde la Tierra: ~320 millones de años luz (100 Mpc)
Tamaño aparente: ~1,5° de diámetro (equivale a tres lunas llenas)
Tamaño real: ~20 millones de años luz de ancho
Número estimado de galaxias: >1.000 (posiblemente más de 3.000)

El Cúmulo de Coma

El cúmulo de Coma: una ciudad de galaxias en el cosmos

En una pequeña pero poderosa región del cielo, en la constelación de Coma Berenices, se esconde una de las estructuras más colosales del universo cercano: el cúmulo de Coma, también conocido como Abell 1656. A primera vista, en un telescopio aficionado, puede parecer una dispersión tenue de puntos lejanos. Pero en realidad, estamos viendo una auténtica metrópolis de galaxias, un enjambre cósmico que contiene miles de galaxias, agrupadas gravitacionalmente y evolucionando juntas desde hace miles de millones de años.

¿Qué es un cúmulo de galaxias?

Los cúmulos de galaxias son las estructuras gravitacionalmente ligadas más grandes del universo. Contienen desde decenas hasta miles de galaxias, así como grandes cantidades de gas caliente y materia oscura. El cúmulo de Coma es uno de los más densos y mejor estudiados, y se encuentra a unos 320 millones de años luz de la Tierra.

En su núcleo, dominado por dos enormes galaxias elípticas —NGC 4874 y NGC 4889—, la densidad galáctica es tan alta que los encuentros y fusiones entre galaxias son comunes, alterando sus formas y trayectorias con el paso del tiempo. Este entorno dinámico ha sido clave para entender la evolución galáctica.

Galaxias por miles: el zoo cósmico

Uno de los aspectos más fascinantes del cúmulo de Coma es la variedad de galaxias que lo componen. La mayoría son elípticas o lenticulares, galaxias viejas con muy poca formación estelar activa. Sin embargo, también hay algunas espirales más jóvenes en los márgenes del cúmulo, lo que sugiere que fueron recientemente capturadas y aún no han sido transformadas por el entorno hostil del cúmulo.

Los astrónomos creen que, con el tiempo, el ambiente rico en materia oscura, radiación y gas caliente del cúmulo inhibe la formación de estrellas y altera la morfología de las galaxias. Así, muchas espirales acaban transformándose en elípticas, más comunes en estos entornos.

Un laboratorio cósmico

El cúmulo de Coma no es solo visualmente impresionante; también es un laboratorio natural para la cosmología. El estudio del movimiento de sus galaxias permitió, ya en la década de 1930, a Fritz Zwicky detectar la presencia de materia oscura. Observó que la masa visible del cúmulo no era suficiente para explicar la velocidad con la que las galaxias orbitaban unas alrededor de otras. Algo invisible debía estar generando gravedad adicional: la hoy famosa materia oscura.

Además, el gas entre las galaxias —detectable en rayos X— alcanza temperaturas de decenas de millones de grados. Este medio intracluster contiene más masa que todas las estrellas del cúmulo juntas, revelando que el universo está compuesto de formas de materia que no podemos ver directamente con luz visible.

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